viernes, 3 de junio de 2011

Esparadrapo en la boca

Esto es increíble... o por lo menos a mí me lo parece.

Zarzuela -refiriéndome a la magnánima institución compuesta por Familia Real, no al género dramático cultivado por Chapí o Chueca...-, Zarzuela ha prohibido la presencia de periodistas-redactores (los que preguntan y molestan, básicamente) en las distintas audiencias que se celebren a partir del próximo lunes en lugares tan humildes como son el Palacio del Pardo y el de Zarzuela. Sin embargo, para que no se aprecie mucho la censura, sí que permitirán la presencia de periodistas gráficos y solamente gráficos, esto es, sin micrófonos. En definitiva, que Zarzuela pone un esparadrapo en la boca a todos los medios en cuestiones reales.

¿Y esto a qué viene? Pues esto es fruto de la salida de tono que tuvo el Monarca el pasado martes con los periodistas que cubrían la audiencia de Su Majestad con directivos de la Confederación Empresarial de Madrid. Audiencia, esta, que no hubiera sido noticia si no se hubiera anunciado días antes la intervención quirúrgica a la que se ha sometido hoy el Jefe de Estado.

Desde mi punto de vista nuestro rey siempre ha realizado un trabajo bastante correcto, todos tenemos en nuestra memoria el papel que jugó en el 23F, así como el papel que realiza día sí y día también difundiendo la marca España por todo el mundo. Pero, ¿es justo pagar justos por pecadores? ¿Es justo pagar información por salidas de tono? En mi opinión, no. Los ciudadanos necesitamos información de nuestros líderes y representantes, y en esto la prensa -repito para que quede claro, la PRENSA- juega un papel muy importante.

La Casa Real justifica esta decisión argumentando que otras instituciones (Moncloa, El Elíseo, o Buckingham Palace) hacen lo propio, pero yo me pregunto ¿por qué Casa Real no lo ha hecho desde un principio?

Lo que podemos extraer de este error, es que ha tenido que ocurrir un ilustre fallo para coartar un poquito más la cada vez más dañada libertad de prensa de la que todos los medios dicen hacer gala.

Una pena, desde luego.



P.S.: Debo comentar que D. Juan Carlos reflexionó sobre tal hecho y posteriormente hizo gala de sus vastos conocimientos en los lares de las Relaciones Públicas (que como todos sabemos a estas alturas, existen RR.PP. internas y externas...) y se disculpó ante los comunicadores.



Para más info: elpaís.com