Esta semana hemos conocido que Nueva York se queda sin corazón. Sí, habéis oído bien. El archiconocido y archicopiado corazón de “I love NewYork” será tuneado mediante
la incorporación de otros dibujos propuestos por los
ciudadanos en la web www.iloveny.com. Con este cambio de estrategia publicitaria el gobernador Andrew Cuomo pretende promocionar todo aquello que se
puede hacer en el estado de Nueva York. En fin, desde mi punto de vista una
campaña redonda, debido a que este tema se está moviendo mucho por la web.
New York
se queda sin corazón por lo menos este verano, pero quien se queda sin 930.000 clientes es la empresa Telefónica-Movistar. A mí se me ocurren varias causas
que pueden explicar ese número de pérdidas, pero no soy yo quién para decirlo. …No sé si se me ha notado mucho que soy un
excliente de esta empresa... descontento, por supuesto…
Y descontentos, también, estamos todos los ciudadanos al ver
día sí y día también que los 3 poderes que sustentan este estado (ejecutivo,
legislativo y judicial) están descorazonando eso por lo que trabajan: la cosa pública. El último repunte de la ineptitud de los poderes la ha protagonizado el
presidente del Consejo General del Poder
Judicial y del Tribunal Supremo desde septiembre de 2008 –ahí es nada–,
Carlos Dívar. Dívar, denunciado por un vocal de Consejo General del Poder
Judicial por presuntamente pagar viajes y estancia privadas con dinero público,
fue liberado pública y políticamente de esta presunta malversación de fondo
públicos tras comparecer en rueda de prensa y afirmar que tiene “la conciencia
absolutamente tranquila”–coletilla ésta muy usada últimamente con efectos
claramente visibles–. Horas más tarde, el ministro de Justicia, AlbertoRuiz Gallardón, apoyó a Dívar afirmando que “el Consejo ha dado muestra de
responsabilidad” al comparecer en rueda de prensa y no decir nada –esto último
lo digo yo–. Haciendo caso al refranero popular y a la experiencia del día a
día: cuando el río suena, agua lleva.
@SantiVilella
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